HERMENEGILDO ANGLADA-CAMARASA – Barcelona (España) 1871 * Puerto de Pollensa (España) 1959
“La estética de Anglada-Camarasa”
30-Octubre a 31-Enero 2009
El autor: destacado representante del postimpresionismo, estudió en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde su maestro Modest Urgell influyó en los primeros paisajes del artista. Tras una breve relación con el grupo Els Quatre Gats, en 1897 se trasladó a París. Volvió de la capital francesa y estuvo poco tiempo en Valencia, después, en 1904 nuevamente a París, donde se instaló en Montmartre. Allí conoció a Picasso. Fue uno de los fundadores de los Salones de Otoño de París y se relacionó con los artistas de la Secesión de Viena, con los que llegó incluso a exponer. Tras la obtención de la Medalla de Oro en la Bienal de Venecia de 1905, su pintura empezó a valorarse seriamente en España. Fruto de este reconocimiento fue su nombramiento como miembro de Honor de la Hispanic Society en 1917 y su ingreso en diversas academias artísticas españolas y extranjeras (Milán, Amberes, etc.). En 1914 regresó a España y se estableció en Pollensa, donde vivió hasta su muerte, exceptuando el paréntesis del exilio francés durante la Guerra Civil y los primeros años de la posguerra. Su casa de esta localidad mallorquina se convertiría en el Museo Anglada Camarasa.
Mi opinión: algunos de sus cuadros recuerdan el modernismo pero tiene épocas y etapas distintas que quedan reflejadas en las obras. Comienza su andadura con paisajes naturalistas dando paso, fruto de su estancia en París, a una pintura costumbrista donde refleja el ambiente nocturno de la ciudad con figuras difuminadas, así como escenas con gitanas. Hay retratos femeninos llenos de cromatismo y otros más sofisticados con mantones plagados de flores. Prosigue con paisajes mallorquines inspirados en la costa y el interior de la isla, también los fondos del mar aparecen en sus cuadros, de gruesas pinceladas ondulantes que con la intensa luz que emerge del interior dan lugar a formas y volúmenes. Es interesante visitar la exposición, bien explicados los trabajos en las cartelas, no sólo aparece la técnica y el año sino en el contexto que fueron pintados. De paso hay que contemplar la restauración del recién reinaugurado Museo Pablo Gargallo donde se aloja la muestra. Calificación: 8.
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